Este ejemplar es el primero de esta especie que se identificó en 2009 tras haber sido extraído en Níger dentro del proyecto Paldes (Paleontología y Desarrrollo) del Museo Paleontológico de Elche. Tras el análisis de la caja craneana, la cavidad ósea que contiene el cerebro y la estructura del oído interno de este ejemplar de dinosaurio de hace unos 160 millones de años, los científicos han descubierto datos inéditos. Algunos de los científicos que han participado en este trabajo, Fabien Knoll (CSIC) y Francisco Ortega (UNED), han explicado en Elche las conclusiones del estudio que ha sido publicado en la prestigiosa revista americana PlosONE.
El objeto del trabajo se ha centrado en conocer algunas de las habilidades de este saurópodo a través del estudio de los restos fósiles que se hallaron en 2006 dentro de unas campañas de excavación en Níger del proyecto Paldes liderado por el Museo Paleontológico de Elche. El investigador de la UNED Francisco Ortega ha señalado que esa información "ha permitido concluir que este animal, que se caracteriza por tener un cuello largo, tenía un sistema muy preciso de posicionamiento de la cabeza y era muy ágil en sus movimientos del cuello para capturar el alimento".
Para analizar la caja craneana se ha utilizado la tomografía axial computarizada (TAC) y se ha reconstruido en tres dimensiones tanto la cavidad cerebral, como los nervios craneales, las venas, arterias principales y la estructura del sistema vestibular del oído. Ortega ha señalado que gracias a la conservación de la pieza y a las técnicas empleadas en el estudio han podido "proponer una de las descripciones más detalladas que existen de un cráneo de un dinosaurio". "Se ha logrado un detalle magnífico y es una de las partes posteriores del cráneo que mejor se conocen", ha añadido.
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